MADRE DE JACK (30 Rock): "Supongo que pensarás que los padres de Liz son más cariñosos que yo"
JACK: "Madre, hay células terroristas más cariñosas que tú"

viernes, marzo 28, 2008

ECHO DE MENOS EL FOOTBALL

La semana pasada acabé con la 2ª temporada de mi adorada Friday Night Lights, aquella serie que descubrí gracias a la presión de la blogosfera teléfila, y que llegué a adorar en su primera temporada. Una lástima que no pueda decir lo mismo de esta segunda, y vayamos por partes.

Para empezar, y antes de que haya algún malentendido, no digo que no me haya gustado, digo que no ha sido lo mismo. La primera temporada era fresca, vibrante, adictiva. La vida de los ciudadanos del pequeño pueblo de Dillon, Texas, se movía única y exclusivamente por los éxitos de su equipo de football americano. Cada viernes había un partido y ese era el motivo central de toda la trama, y eso, precisamente, es lo que he echado de menos. Con la marcha del entrenador Taylor al equipo universitario de la TMU, al comienzo de temporada, se abría un nuevo camino para los Panthers, con nuevo entrenador y nuevos jugadores, pero con el halo de campeones estatales a su alrededor. Era una ocasión única para seguir aprovechando al máximo la emoción de los partidos, pero tengo la sensación de que se han quedado a mitad de camino.


Ya no hay partidos, solo tramas dramáticas, que indagan cada vez más en la tortuosa vida de los personajes. Y no digo que esto sea malo, pero creo que no han sabido compaginarlo con lo verdadera importante, que es el deporte en sí mismo. Por supuesto, todos queríamos saber más sobre Tim Riggins, o sobre Tyra, o incluso sobre Landry, pero no a costa de dejar de lado el football. Además, sinceramente creo que se les ha ido la olla con algunas de las tramas. Empecemos, por ejemplo, por la del propio Tim Riggins, que ha pasado de ser un joven rebelde y algo borrachín, a un pobre diablo totalmente desahuciado que le roba dinero de su propia casa a un traficante de droga que pesa 120 kilos. Está claro que le queda como anillo al dedo ese papel de lobo solitario, pero no creo que sea necesario exprimirlo de esa manera.

Por suerte, el aumento de cuota de pantalla para el bueno de Timmy nos ha servido para restárselo a uno de los personajes que peor me caen de toda la serie. Que digo, ¡de todo el mundo de las series!. Efectivamente, estoy hablando de Jason Street, el tetrapléjico más aburrido y por el que menos pena siento de la historia. Os juro que bostezo cada vez que aparece en pantalla. Ya lo dije en mi primer artículo sobre FNL, que no me gustaba el cariz que estaba tomando su historia, que desde el primer capítulo se vió claramente abocada al sentimentalismo y al uso descarado de su minusvalía para generar emociones en el espectador. A mi juicio, no lo han conseguido. Lo único que han hecho ha sido desperdiciar el que podría haber sido un buen personaje, convirtiéndolo en un pelele que no hace más que cansarnos con su filosofía Locke de vivir la vida, “don’t even tell me what I can’t do”. Y no, no es la típica historia de superación. Si queréis saber lo que es “superación”, todo el mundo a ver Rocky, ipso facto.

El colmo de toda su historia ya es cuando decide viajar a Mexico con Riggins para someterse a una operación con el dr. Nick Riviera en una de esas clínicas con cucarachas incluidas, que tanta confianza dan para una intervención de este calibre.

Y ya que hablamos de personajes cansinos, y por si aún quedaba alguna duda, el personaje de Lyla ha tocado fondo, y me da igual que se haya liado con Matt Czuchry (el gran Logan de las Chicas Gilmore), ella sigue igual de repelente y empalagosa que siempre, o incluso más. La gota que ha colmado el vaso ha sido su ingreso en la secta ultra-religiosa que le tiene comido el cerebro. Lo único bueno es que para Minka Nelly ha debido ser superfácil aprenderse los guiones, porque todos se resumen en unos cuantos “God loves you”, y poner morritos. Poco más. La pena de esto es que ha arrastrado al propio Riggins a su espiral de soserismo y lo tiene coladito al pobre.

Sin embargo, la trama más inverosímil de esta nueva temporada la encontramos en la historia del doble de Matt Damon, pero en feo, Landry (Jesse Plemons) y la escultural, fantástica, monumental y maravillosa Tyra, que incluso con el pelo corto está guapa. Inverosímil, decía, por dos cosas: primero, nadie se cree que una chica así se líe con un tío como Landry, por muy buena persona que sea. Seamos realistas, eso solo pasa en la tele. En la vida real Landry se habría tirado toda su vida adorándola en plan platónico, y mucho se tendrían que torcer las cosas para que no se convirtiera en su acosador particular. Y segundo, lo de la historia del asesinato me parece ya excesivo y, por qué no decirlo, innecesario. Al menos nos ha servido para poder ver en pantalla al padre de Landry, interpretado por Glenn Morshower, el venerado por todos Aaron Pierce, fiel guardaespaldas de todos los presidentes de los USA en 24, y amigo inquebrantable de Jack Bauer.

Y finalmente tenemos al elegido para el cliffhanger, si se puede llamar así, de final de temporada: Smash Williams, cuyo merecido puñetazo a un chico blanco le cuesta la revocación de su beca para la TMU, con lo que se ve obligado a aceptar la oferta de la universidad de Whitmore, que ni de lejos ofrece el mismo nivel deportivo que la anterior. Por cierto, si yo tuviera una madre como la suya le haría caso, porque si esa mujer suelta el brazo te deja peor que a Street.

Y una vez dicho todo esto, un aviso para navegantes: la serie sigue siendo estupenda. Los diálogos son buenos y nunca está de más conocer más de cerca de los personajes. El hecho de que hayan dejado un poco más de lado el football no quiere decir que FNL ya no sea una serie sobre football, sino que simplemente se le ha dado prioridad a otras cosas, tras una primera temporada en la que el tema central y casi exclusivo era este afamado deporte.

Yo tengo el firme convencimiento de que la cosa no ha desarrollado muy bien por el tema de la huelga, y por el corte en el episodio 15, en lugar de los 22 ó 23 típicos de una temporada completa, pero esperamos que esto se resuelva en la tercera temporada, que como ya os dije, parece confirmarse, según leo en TV Addict, tras llegar la NBC a un acuerdo con DirecTV para compartir gastos y publicidad, y poder así prolongar la vida de los Panthers de Dillon, y poder seguir gritando cada viernes aquello de “Clear eyes, full heart, can’t lose!”.

sábado, marzo 22, 2008

AL FIN HA LLEGADO KEVIN JOHNSON

Lo sabía. Lo veníamos anunciando desde hacía tiempo. La historia de Michael tenía que salir a la luz, y este Meet Kevin Johnson ha despejado todas las incógnitas. Casi la totalidad del capítulo es un flasback del bueno de Michael, y por fin conocemos cómo se ha convertido en el “ayudante” de Ben en el barco.

SPOILERS 4x08

Michael no puede soportar el peso en su conciencia de las muertes de Ana Lucía y Libby (esta incluso se le aparece un par de veces) y vemos cómo intenta terminar con todo por la vía rápida (y nunca mejor dicho) estrellándose con su coche. Pero increíblemente, sobrevive. Tras cambiar el reloj de Jin por una pistola, y junto cuando se dispone a volarse la tapa de los sesos, aparece Tom que le cuenta cómo está el asunto en la isla, y decide enrolarse en el Hakana para intentar, al menos, ayudar a sus compañeros que se quedaron atrás. Se podría decir que la única duda que teníamos era si seguía en contacto con Walt o no, y donde se había quedado él, y esto también ha quedado resuelto: Michael le contó a su hijo lo que tuvo que hacer para liberarlo, y este parece no haberlo soportado, y le ha dado la espalda a su padre. Está viviendo con su abuela, y de sus propias palabras averiguamos que, efectivamente, no le han dicho a nadie donde han estado estos dos meses tras el accidente, ni por qué no pueden llamarlos por su verdadero nombre.

Detalle: Tom es de la otra acera, algo que ya veníamos sospechando desde el 3x01, A tale of two cities, en el que le dice que se tome una ducha relajante, y ante la cara de indignación de la fugitiva, este le espeta: “tranquila, no eres mi tipo”. La escena es esta, para los curiosos. Y si, estamos de acuerdo en que Tom no parece mal tipo y que incluso podía despertarnos cierta simpatía, pero a mí me sigue pareciendo bien que Sawyer lo liquidara en la season finale del año pasado, por las razones que ya di en su momento.

Por cierto, un detalle interesante: este flashback ha estado estructurado de manera que fuera cómo un relato por parte de Michael. Es decir, que cuando Sayid le pregunta cómo ha llegado allí, comienza el flashback, y al terminar, Sayid ya conoce toda la historia. No estoy seguro, pero creo que esta es la primera vez que se usa este recurso tan abiertamente, tendré que seguir investigando. El tema es que cuando Michael termina de “contar” toda la historia, a Sayid se le va la olla y va a chivarse al capitán. Aun no sabremos que consecuencias tendrá esto, pero solo me gustaría apuntar que la cara de Gault no es precisamente de sorpresa. Algo me dice en su mirada que o bien Michael ya se lo ha contado, o bien él ya sospechaba desde el principio quien era el saboteador.

Eso sí, siguen sin ponerse de acuerdo sobre quien ha puesto el avión falso y los 324 cadáveres en el fondo del océano. Tom dice que Widmore, y Gault dice que Ben… No se, yo sigo creyendo que veo más capaz a Ben, sobre todo porque veo muy frágil el argumento de que Widmore lo habría hecho para evitar que “buscaran la isla”. En principio no hay razón para que asocien ambas cosas. Pero por otra parte, como ya dije la semana pasada, el hecho de que Sayid le esté ayudando en el futuro, me obliga a pensar que nuestro árabe favorito no ayudaría a una persona que ha profanado 324 tumbas. Estoy dudoso. Aun tengo que darle vueltas al asunto.

Me gustaría hacer una pequeña mención al asunto de los Oceanic 6. Hace tiempo se nos dijo que cuando llegara el parón por los episodios pre-huelga, ya sabríamos la identidad de los 6 supervivientes. Así que al final parece que nos han encasquetado a Aaron como uno de los Oceanic Six, y a mí esa idea no me gusta en absoluto. Un Oceanic Six debería ser alguien que, siendo pasajero del vuelo 815 y por lo tanto estando en el manifiesto de vuelo, haya sobrevivido al accidente, y luego haya conseguido volver sano y salvo a tierra firme. Aaron no cumple las dos primeras premisas, y es por eso que no debería ser parte de este grupo de élite. Eso si, no quiero que parezca que no quiero que sobreviva. Me encantó la forma en la que lo han colocado en el futuro, y así lo dejé escrito, pero si finalmente se confirma que él es uno de los supervivientes conocidos, será un día triste para mí, sobre todo porque tenía la esperanza de que el 6º fuera el más inesperado, es decir, Locke, Sawyer o alguno de estos.

Libby ha vuelto, y esa es una buena noticia, en primer lugar porque su historia estaba inconclusa, pero también porque la serie por la que dejó Lost (lo siento pero no recuerdo el nombre ahora mismo) fue cancelada por baja audiencia. Y es curioso que en idéntica situación se han encontrado otros dos actores: el propio Harold Perrineau, que se marchó para hacer Demons, y Nestor Carbonell, es decir, Richard Alpert, que cambió la isla por una plantación de ron en Cane. Ambas series fueron canceladas (Demons no pasó ni del piloto) y su actores ya están listos para volver. ¿Será que los seguidores de Lost les deseamos mala suerte a los actores que salen de la serie, con el objetivo final de que vuelvan? ¿O será que la Isla no quiere dejarles salir?

En la parte de la isla, que en este episodio no ha sido muy extensa, un par de cosas: no me ha gustado en absoluto el supuesto cliffhanger con el que nos dejan hasta el 4x09, que como ya sabéis lo emitirán el 24 de abril, y ya estaremos hablando de capítulo post-huelga. El cliffhanger, decía, nos ha enseñado como Ben envía a Rousseau, Carl y a Alex (que cada día está más guapa) a que se reúnan con el resto de Others en el Templo (parte de la isla que aún no conocemos, y en la que seguramente los monjes tenían 4 dedos en los pies). Pero lo que en principio parece una buena opción para estar a salvo de la gente del barco, resulta ser una emboscada que, presuntamente, le tienden a Rousseau y a Carl, matándolos y recuperando a Alex.

Para empezar, yo no tengo tan claro que Rousseau haya muerto. Hace tiempo leí en una de esas entrevistas a los guionistas, que la francesa tendría su propio flashback. De hecho, yo creo que sería muy interesante ver cómo llega su expedición a la isla, 16 años atrás, y así podríamos comprobar si la “enfermedad” que afecta a su tripulación es la misma que se carga a Minkowsky, a Brandon, a Regina, al de la habitación de Sayid y Desmond, y casi deja a este último con el cerebro cortocircuitado en el 4x05. Y segundo detalle: aún no podemos asegurar que hayan sido los Otros los que les han tendido la emboscada. Ben no tiene forma de comunicarse con ellos (porque no la tiene, ¿verdad?...). Además, siempre podrían ser los del barco, que recordemos que en el anterior capítulo vuelven a coger el helicóptero para hacer otro viajecito a la isla.

En resumen, un capítulo muy esperado por todos, por la importancia del contenido, pero sobre el que ya habíamos teorizado tanto, que casi se podría decir que ha perdido el factor sorpresa, tan presente en esta cuarta temporada, y eso puede haberle hecho perder algo de encanto. A mi ha gustado poder retomar la historia de Michael y Walt (para mí era una de las grandes incógnitas de la serie) y me quedo más tranquilo pudiendo aparcar ya toda esa línea argumental, puesto que este capítulo deja poco en el tintero, salvo la nueva propiedad mágica que se le atribuye a la isla: no deja que nadie se suicide. Si esto es así, una pregunta para los guionistas: ¿Qué pasó entonces con el tiro que se pegó Radzinsky en la escotilla, tal y como Kelvin le cuenta a Desmond en el 2x23, Live together die alone 1? ¿Esta regla solo vale para los que consiguen salir? ¿O fue este el motivo que impidió a Desmond suicidarse en su momento, golpes en la escotilla de Locke mediante (1x19, Deux Ex Machina y 2x24, Live together die alone 2? Intentaré recordar algún caso más, pero interesante cuestión, en cualquier caso.

Y poco más. Ahora solo nos queda aguardar pacientes hasta el 24 de Abril, que será cuando llegue “The shape of thing to come”, del que por cierto, intentaré no leer absolutamente nada, imitando a Barney, Marshall y demás tropa de CCVM, cuando no quieren enterarse del resultado de la Superbowl para poder verlo todo juntos. Espero no llegar al extremo de tener que usar el “AISLANTE 3000” de Ted.

miércoles, marzo 19, 2008

PRISON BREAK CIERRA TEMPORADA

Ayer mismo la terminé yo. Tras el parón del pasado Noviembre, y con una huelga de guionistas por medio, en Enero volvió PRISON BREAK (ocupando el lugar de la defenestrada 24) con los 5 episodios que aún le quedaban a esta irregular 3ª temporada. Irregular porque la inclusión de nuevo de un entorno carcelario prometía devolvernos la emoción y la adrenalina vivida en la soberbia primera temporada, largamente añorada por todos, pero en lugar de eso, les ha quedado otra temporada mediocre, que sin embargo supera a su antecesora (tarea nada difícil, todo sea dicho). Como ya habréis adivinado, de aquí en adelante, SPOILERS a tocateja.


Recapitulemos. La cosa se quedaba con Michael siendo sacado a rastras de Sona para ser interrogado por el intento de fuga con helicóptero incluido, con Mahone siendo incapaz de testificar en el juicio debido a su síndrome de abstinencia, y con Lincoln con la cabeza hecha un lío por no saber si pegarle un tiro a Susan o tirarle los tejos. Además, se avecinaba revuelta en el patio de la prisión, y Bellick tenía todas las de perder, mientras que T-Bag sigue sabiendo perfectamente a qué árbol arrimarse. De hecho se podría decir que llegó el hiatus justo cuando mejor se estaba poniendo la cosa.

Continúa el tira y afloja entre La Compañía, representada por la bella pero letal Susan (Jodi Lyn O’Keefe) y Lincoln, que poco a poco va perdiendo la paciencia con el tema de recuperar a su hijo. Mola que hayan puesto una mala tan mala, pero siguen sin convencerme los villanos con un solo gesto facial, ¿o acaso alguien le ha visto más de uno a la susodicha Susan? Mientras, en Sona, y para no perder la costumbre, a Michael se le va encalomando gente para la gran evasión: lo que empezó siendo una huída en pareja con Whistler (Chris Vance), termina por convertirse en lo que ya vimos al final de la primera temporada: un montón de tíos saliendo en procesión de una cárcel ultra-vigilada. Lechero (Robert Wisdom), que ve peligrar su reinado en la prisión panameña decide apuntarse, y con él van T-Bag (cómo no), Mahone, Bellick, y Luis “McGrady” (Carlo Alban), el joven adolescente al que Michael SIEMPRE tiene que salvar, desde que viera morir ahorcado a aquel pobre diablo de la primera temporada, harto de las vejaciones de su “dueño”, T-Bag. Huelga decir que la huída final no es ni muchísimo menos tan espectacular y calculada como a las que nos tiene acostumbrados el pequeño de los Scofield. De hecho, el plan es bastante sencillo: cortar la luz de la prisión y dejar a Bellick, Lechero y T-Bag salir delante, tras mentirles sobre el tiempo de respuesta del generador de emergencia, dejándolos expuestos ante todos los guardias, para luego aprovechar y salir sigilosamente por la verja debilitada que se había currado Sucre durante los días anteriores, rociándola con un producto químico que corroe el metal.

Al principio tengo que reconocer que me chocó un poco verlos a todos rodando por debajo de los coches, con mil piernas de militares moviéndose por todos lados, sin que nadie fuera capaz de verlos, así que desde luego no fue una manera creíble de dejar salir a semejante tropa. Aún así, si que hubo una parte que me gustó: la de la playa. Era una idea genial la de llegar a la arena y desenterrar unas mascaras de oxígenos para sumergirse y no ser visto desde el aire o desde la orilla. Luego, una vez en la boya, Sucre debía recogerlos en un bote… pero Fernando tenía sus propios problemas en Sona. De hecho, esta será otra de las líneas argumentales para la cuarta temporada, porque sí, amigos, ya son 3 los ex de Fox River que han pisado esta cárcel tercermundista.

Finalmente, y como colofón, descubrimos que Whistler no es un simple pescador, algo que siempre sospechamos, y que está más cerca de La Compañía de lo que todos pensábamos. Para más inri, decide incluir a Mahone entre sus filas, para ya veremos qué misión, seguramente relacionada de nuevo con los hermanos Scofield y Burrows. Además, y aquí viene la parte buena, Michael no se contenta con salvar a su sobrino, y decide vengar la muerte de Sarah yendo a por Susan, arriesgando todo lo que habían conseguido hasta el momento. ¿Le seguirá su hermano, que en principio ya no está en deuda con él? La respuesta obvia es que sí, pero ahora que tiene de nuevo a su hijo y a un bellezón latino… ya veremos.

Resumiendo, y como decía la principio, una temporada muy irregular. Han intentado recrear la sensación de enclaustramiento que consiguieron en Fox River, pero aquello es muy difícil de superar. A cambio, nos han regalado capítulos realmente buenos, con escenas magníficas (ver a Michael dejar salir primero a Lechero, Bellick y T-Bag para que sean descubiertos no tiene precio), pero luego los han estropeado con auténticos peñazos dignos de apagar el dvd y dejar la serie para otro momento.

Parece confirmarse una cuarta temporada. Yo la veré por la inercia y por el gran respeto que le tengo a la primera temporada, pero desde luego mucho tienen que cambiar las cosas para que esta serie vuelva a ser la gran serie que consiguió cautivarnos a todos. Michael sigue siendo un gran personaje, y creo que tendrían que seguir explotando su lado oscuro y vengativo, pero tienen que ser conscientes de que este es un producto con fecha de caducidad, y que están al borde de superarla… si no lo han hecho ya.

sábado, marzo 15, 2008

EL AÑO DEL DRAGON DE LOST

Lo sabía. Sabía que lo del capítulo de la semana pasada fue solo un pequeño parón para coger aire y volver a soltarlo de golpe con otro capítulo espectacular y lleno de respuestas. Porque sí, amigos, si algo está caracterizando a esta cuarta temporada es sin duda que nos están dando muchas respuestas, y que parece que por fin vamos a poder ir formando este intrincado rompecabezas que es Lost. Y por si esto no fuera suficiente para que nos demos cuenta de lo bueno que es este 4x07, Ji Yeon, un dato: ¡¡por fin me gusta un capítulo de los coreanos!!

SPOILERS 4x07

Empezaremos por lo ocurrido en el carguero, que sigue siendo lo más interesante, con diferencia, que está ocurriendo en lo que llevamos de temporada. Desmond y Sayid siguen allí, prácticamente en calidad de presos, siendo testigos de las mil y una rarezas que conviven en el barco que supuestamente iba a salvarles. Solo dios sabe la de misterios que oculta esta gente, y ya no solo respecto del mundo exterior, sino que parece que se ha instalado en su propio barco una especie de locura que los lleva a todos a suicidarse. Ahí tenemos a Regina (Zoe Bell), a quien yo esperaba ver bastante más tiempo en pantalla, que se calza unos cuantos kilos de cadenas y se tira al mar para no volver a salir; o la mancha de sangre en la pared que tiene toda la pinta de ser de alguien que se ha pegado un tiro.


Una de las cosas que más me ha llamado la atención es la aplastante sinceridad del capitán Gault (Grant Bowler)(aunque nuestro espía secreto avisa a Desmond y Sayid de que no es de fiar) que les cuenta a nuestros losties algunas cosas que muchos no pensábamos que se iban a tratar de forma tan abierta. Para empezar, corrobora parte de la versión que Ben le cuenta a Locke en el 4x06, en la que asegura que Charles Widmore es el que está detrás de todo el tema del barco. Sin embargo, lo que el capitán no confirma es que el padre de Penny esté buscando la isla para explotarla comercialmente, sino que da aún más peso a la teoría de que su objetivo principal es Ben, por el gran peligro que sus recursos suponen. Y esos recursos son, ni más ni menos, y siempre según la versión del capitán, los suficientes como para montar un falso accidente de avión, con 324 cadáveres en el fondo del océano, para que dejen de buscar la isla.

Llegados a este punto, tengo que decir algo: no me creo a ninguno de los dos, y mis motivos son los siguientes: para empezar, no me creo al capitán porque los del barco son los malos, 100% confirmado, porque si no fuera así, Sayid no se pondría a trabajar a las órdenes de Ben, como vemos en el 4x03. Además, también nos avisa de ello el espía con esa nota de “Don’t trust the captain”, pero esto es lógico, teniendo en cuenta que el espía también trabaja para Ben. Luego, no me creo a Ben porque es evidente que la tropa de Widmore no está buscando la isla solo por ser “especial”. Saben que Desmond está allí, pues todos llevan fotos de él y el capitán le mira directamente cuando dice que “el barco es de Charles Widmore. Si, tú le conoces”. Y cada vez estoy más convencido de que obtienen toda la información sobre la isla saboteando la búsqueda de Penny.

Y no hago más que hablar del espía, pero ese espía ya tiene nombre: Kevin Johnson. Y si, efectivamente es quien todos esperábamos: Michael is back. Y esto sería un sorpresón digno de cliffhanger de final de temporada, si no fuera porque todos sabíamos que era él. Aún así, creo que es genial la escena en la que está fregando al fondo del pasillo, y Sayid reacciona al oir su voz, mientras vemos como poco a poco se va acercando a la cámara, enseñando finalmente su cara de “no me delatéis, cabritos”. Sayid y él se presentan como si no se conocieran y Desmond pone cara de no enterarse de nada, pero es que realmente, tras sus viajes al pasado, no sabemos si ha recuperado plenamente la consciencia, ni si se acuerda de Michael. Parece ser que en el próximo episodio, que se llamarán “Meet Kevin Johnson”, podremos conocer al fin lo que el destino deparó para Michael una vez salió de la isla (si es que llegó a salir). Yo sigo sosteniendo mi teoría de que nada más tocar tierra, Ben contactó con él a través de Tom o de Richard, y le instó a que subiera a ese barco para sabotearlo. Lo que espero que nos expliquen es si esta colaboración salió del propio Michael, tras mostrarle Ben pruebas fehacientes de que los del barco son los malos y que podía redimirse de haber dejado tirados a sus compañeros, o si por el contrario, todo siguió una línea un poco más “Ben style”, y secuestró (de nuevo) a Walt para que el futuro espía se viera obligado a ayudarle. En cualquier caso, brillante forma la que han tenido los guionistas de volver a poner en juego a un personaje tan interesante como el de Harold Perrineau.

Todo esto en cuanto al barco. En la isla, Jin (que está aprendiendo inglés a una velocidad brutal) se entera de que Sun se los puso bien puestos con el hijo del de los hoteles NH, como vemos en el 3x02, The Glass Ballerina, y se pilla un rebote de tres pares de narices (lógico), pero finalmente, en una escena tan tierna como increíble, termina perdonándola porque engañó “al hombre que era antes, no al nuevo Jin”. Y es verdad. Este angelito no tiene nada que ver con aquel asesino a sueldo que trabajaba para Mr. Paik (otro que tiene todas las papeletas para estar trabajando codo con codo con Charles Widmore en la búsqueda de la isla).

Pero lo más interesante de la historia de los coreanos no es esta, sino lo que ocurre en su flashforward… o al menos lo que parece un flashforward. Porque sí, compañeros seriéfilos, Carlton Cuse y Damon Lindelof nos la vuelven a jugar y nos engañan durante 38 minutos haciéndonos creer que tanto Jin como Sun están en el mismo momento espacio-temporal. Pero no es así. Sun sí que está en el futuro. Conocemos la identidad del quinto Oceanic Six (tras Jack, Kate, Hurley y Sayid), y hago un parón aquí para explicar por qué estoy tan liado ahora mismo: hace tiempo os dije que había leído, por desgracia, un spoiler que revelaba el nombre de los 6 de Oceanic. Bien, ese spoiler decía que estos eran Jack, Kate, Hurley, Sayid, Sun… y Jin. Semana tras semana se iba confirmando este gran spoiler. Primero Jack y Kate en el 3x23, Hurley en el 4x01, luego Sayid en el 4x03, y esta semana Sun. Y hete aquí que nos encontramos con que ¡Jin no es uno de ellos! No os voy a negar que en este momento estoy totalmente descolocado porque se me ha derrumbado la historia que yo ya tenía montada en mi cabeza.

En cualquier caso, como decía, durante todo el capítulo juegan con nosotros, haciéndonos creer que Sun va a dar a luz mientras espera llegar a Jin, al que vemos por otra parte apurado por comprar un peluche y llegar al hospital porque “alguien” va a dar a luz. Pero ese “alguien” no es Sun, porque la historia de Jin se sitúa en el año 2000 (el año del dragón chino), solo lleva 2 meses casado y aún no ha tomado el vuelo 815 de Oceanic. Efectivamente: es un flashback, y sin pretender que parezca que voy de sobrado, os diré una cosa: lo sabía. Lo sabía por la misma razón por la que sospeché en “Through the looking glass” que estábamos ante un flashforward, y no un flashback de los de toda la vida: por el móvil. En aquella ocasión, el de Jack era demasiado moderno, y en esta, el ladrillaco que gasta Jin está más que desaparecido en el año 2005 (cuando Sun da a luz a su hja Ji Yeon), así que ahí algo olía a chamusquina. Pero lo importante no es esto. Lo importante es, ¿os habéis dado cuenta de que los guionistas nos han vuelto a dejar con la boca abierta haciendo uso de un recurso (el flasback) que hemos estado viendo durante 3 temporadas sin parar? Yo no me levanté a aplaudir de milagro.

Pero la parte más importante del episodio, tal y como comentaba más arriba, es que Jin NO es uno de los Oceanic Six. Y no solo eso, sino que, tras ver la inscripción en su supuesta tumba, vemos que la fecha del fallecimiento está marcada el 22 de Septiembre de 2004, es decir, el día que el vuelo más famoso de la historia cae en la isla. Esto coincide con la historia que los Oceanic Six parecen haber creado para la opinión pública, tal y como vemos cuando Jack está recitándola en el juicio de Kate, en el 4x04. Sin embargo, sabiendo que esto no es cierto y que Jin no murió en aquel momento, la pregunta aquí es obvia: ¿sigue Jin vivo en la isla o murió, probablemente para salvar a Sun? ¿Será el uno de los 2 que, según los Oceanic Six, no sobreviven a su estancia en la isla, tras ser 8 los que se salvan en primer lugar? Muchas interrogantes y nosotros encantados con el lío que tenemos ahora mismo en la cabeza.

Y llegamos al momento clímax del episodio. Hace un par de semanas, dije que esta escena de Desmond y Penny había sido una de las más emotivas y emocionantes de toda la serie, pero nadie podrá negar ahora que esta de Sun, acompañada de Hurley, arrodillada ante la tumba de Jin se queda muy, muy cerca. Además, ha sido maravilloso volver a escuchar esa música a piano y violoncelo tan característica, que nos ha acompañado a lo largo de casi toda la serie. Disfrutad la escena, porque pocos programas de televisión os regalarán momentos como este.





Muchos dicen que el año del dragón trae suerte a los chinos, y realmente puede que esta propiedad no se reduzca solo a la de esa población, porque parece que también Lost está siendo participe de uno de sus mejores años, gracias a una de las temporadas más legendarias que jamás se hayan visto.

jueves, marzo 13, 2008

SARAH CONNOR QUIERE SER TERMINATOR

¿Quién no ha deseado alguna vez saber más sobre la historia de Terminator? ¿Acaso no sentís curiosidad de cómo la magistral T-2: el juicio final dio paso a la decepcionante T-3: Rise of the machines? Pues aquí encontramos la respuesta, en Terminator: Sarah Connor Chronicles. Y nunca mejor dicho, porque esta serie parece contener elementos de ambas películas, aunque si tuviera que inclinarme por una de las dos, claramente se parece más a la tercera parte, y de ahí que mi opinión sea la siguiente: esperaba muchísimo más de un show que incluye la palabra Terminator.
La historia viene a situarnos, temporalmente hablando, entre estas dos películas. Sarah Connor (Lena Headey) y su hijo John (Thomas Dekker) son ya plenamente conscientes del futuro que les aguarda. Saben que en el futuro las máquinas creadas por Skynet tomarán el control del planeta y que solo un pequeño grupo de insurgentes, liderado por John, conseguirá liberar al planeta de tan mecánica tiranía. Para dar el toque de sorpresa a la serie, y a sabiendas de que Schwarzenegger no hará acto de presencia (de momento), la encargada de proteger al hijo pródigo es esta vez una chica adolescente (Summer Glau, a quien ya vimos en Los 4400) que primero se hace pasar por compañera suya de clase, para luego salvarle in extremis de uno de los terminators, que a su vez se estaba haciendo pasar por profesor. Aguantad la risa, por favor.


Pero no quiero ser malo. No todo causa risa. Tengo que reconocer que la puesta en escena no es mala. Alcanza unas cotas aceptables de acción y espectacularidad, sobre todo teniendo en cuenta que no maneja el mismo presupuesto que su hermana mayor en el cine. Además, este John Connor es bastante más creíble que Nick Stahl, de T-3, y consigue darle ese halo de misterio con el que Edward Furlong dotó al personaje en T-2. Durante toda la serie consigue transmitir la inmensa presión que le produce el llevar una carga tan pesada sobre sus hombros. Otra historia es la propia Sarah Connor. No digo que Lena Heady no me guste para este papel, pero Linda Hamilton es mucha Linda Hamilton, y su sombra es extremadamente alargada. Constantemente comparamos a ambas, y aunque han intentado recrear a Sarah Connor como si fuera seguidora de Jack Bauer (su dominio de las armas y las estrategias de escape es impresionante), no da la talla. Además, para qué vamos a negarlo: es demasiado guapa para este papel. A Sarah Connor se le presupone una vida hastiada, una cara que denote su total falta de alegría, porque la lucha contra las máquinas se la ha arrancado toda de golpe, y Lena Heady solo da esa sensación a veces. La mayoría de las veces, intenta suplir esta falta de carácter con muecas muy raras, fruncidos de ceño al más puro estilo Eric Taylor, que solo consiguen que nos creamos aún menos su papel. Desde luego, había elecciones mucho peores (llegué a escuchar cada candidata...) pero está claro que una serie que se llama Las Crónicas de Sarah Connor, reclama una Sarah Connor en condiciones, y esta se queda a mitad de camino.

En cuanto a la recreación de los robots, que queréis que os diga. Desde que los hermanos Lumiére dieran vida a un trozo de película, siempre se ha interpretado igual a un cyborg: con movimientos al más puro estilo paso robocop de Rodolfo Chikilicuatre. No entiendo como, con lo que ha avanzado la tecnología en la serie (han creado terminators capaces de pensar por sí mismos) aún no han dado con la fórmula para crear uno que no parezca un robot al andar. Cosas de la tele. En este apartado destaca Cameron, la protectora en esta ocasión de John Connor, como ya he dicho, una adolescente que se hace pasar por compañera de clase, pero cuyos gestos robóticos ya nos hacían sospechar algo desde el principio.

El problema principal de SCC es que han intentado sacar una gran epopeya de donde solo hay una pequeña historia. Es decir, lo interesante de lo que ocurre entre T2 y T3 es la muerte de la propia Sarah Connor, y cómo John sigue adelante, pero además de eso…poco más, creo yo. Pues bien, esta gente ha querido sacarse de la manga una historia que no llega a convencer, que es a todas luces forzada, y que intenta adornar con muchos guiños a la historia original, pero que no consigue, en mi opinión, el efecto deseado.

Parece que el fortísimo comienzo de temporada (fue el estreno con mejores audiencias del año) y el interés que ha suscitado en los fans, ha conseguido que la Fox le conceda una segunda temporada, pero sinceramente, no se muy bien de donde van a sacar tanta chicha, porque como he dicho hace un momento, entre T2 y T3 hay 2 cosas que contar, y estos guionistas quieren sacar de donde no hay.

Sin embargo, y a pesar de todo lo que he dicho, es tanto el tirón que tiene Terminator para mí, que me siento tentado de continuar viéndola. Supongo que siempre tengo la esperanza de que la cosa irá a mejor y hará honor a la saga que lleva por nombre. Y si no, al menos lo habré intentado. Eso sí, una cosa podéis tener por seguro: VOLVERÉ.

domingo, marzo 09, 2008

CON "THE OTHER WOMAN" VOLVIÓ LA CALMA

Y es que algún día tenía que llegar. Tras 5 capitulazos de infarto en esta nueva temporada de Lost, finalmente ha llegado uno que podríamos calificar de “normal”, no se si porque el resto han sido tan buenos que al compararlos con este, se queda atrás, o porque realmente es un episodio flojito. Yo desde luego no me he quedado con la misma sensación de euforia con la que suelo terminar últimamente. Será porque Juliet no es de mis favoritas, pero supongo que sus tramas no me interesan tanto como las de otros personajes, a pesar de que siempre he creído que su inclusión en la 3ª temporada fue crucial para el éxito de la misma. Nos presentaron a un personaje muy complejo y ambiguo, y casi hasta el final no supimos en qué bando estaba, fruto por supuesto de la gran actuación de Elizabeth Mitchell.

SPOILERS 4X06


Como digo, nunca fue una de mis favoritas, pero nadie podrá negar, que si bien sus flashbacks pueden llegar a resultar insustanciales para con la historia reciente de la isla (salvo saber que Ben está obsesionado con ella), el capítulo de hoy nos ha dado algunas respuestas muy importantes. Por fin descubrimos para qué narices eran las máscaras que traían consigo la gente del barco. En cuanto las vi en el 4x02 las relacioné con la purga del 3x20, The man behind the curtain, pero aún no sabíamos si tenían pensado soltar el gas y montar el segundo genocidio isleño para quedarse ellos solos, o si lo que querían era desmontar todo el tinglado para que nadie más muriera. Al final ha sido esto último, pero me sigue quedando la duda de si esta acción ha sido una decisión personal de Faraday y Charlotte, desobedeciendo así órdenes de los del carguero, o si la orden del barco capitaneado por la desconocida Regina era efectivamente la de evitar la propagación del gas. En cualquier caso, con esto queda claro que la gente que viene en busca de Ben se sabe de pe a pa todo lo que hizo el Sr. Linus en sus años mozos, cuando borró de un plumazo a toda la Iniciativa Dharma usando este gas.

Esta semana, por ser el primer capítulo “normal”, por decirlo así, al fin hemos tenido un flashback a la antigua usanza, sin viajes en el tiempo, múltiples personajes, ni flashforward. Vamos, un flashback de los de toda la vida. Este nos sirve para indagar un poco más en lo que ya sabíamos desde el 3x16, One of us: que al poco de llegar, Juliet se hizo amiga de juegos de Goodwin. Y también descubrimos por qué Ben le manda al encuentro de los de la cola del Oceanic 815. ¡Por celos! La verdad es que en aquel momento nunca se me ocurrió, pero tiene bastante lógica, ya que en algunos episodios de la anterior temporada ya podemos advertir que Ben siente por ella algo más que amistad. Concretamente, el momento en que empezamos a sospecharlo es en el 3x06, I do, cuando el jefe de los Otros está tumbado en la mesa de operaciones hablando con Juliet, mientras Jack espera en la galería junto al ya fallecido Tom, quien le comenta que “tienen una historia”, ante la cara de perplejidad del doctor. Por cierto, esto me hace recordar lo del tumor de Ben. Que rápido se ha recuperado el muy jodío, ¿no?

En cuanto al tema de amoríos, no soy precisamente seguidor de este tipo de tramas en Lost, pero desde luego creo que los guionistas se han equivocado sacando el de Juliet en este episodio, justo después de la maravillosa historia de amor que vivimos en el pasado 4x05 entre Desmond y Penny. No sé. Después de aquello, cualquier otra relación que pueda llegar se me queda pequeña. Además, estoy ya un poco cansado del pique Juliet-Kate para ver quien se lleva el trofeo con forma de Jack.

Un punto importante que no me quería saltar: Jacob/lostzilla/apariciones extrañas vuelve a hacer acto de presencia. No se puede estar seguro al 100%, pero desde luego la aparición de Harper en mitad de la noche, para decirle a Juliet hacia donde se dirigían Faraday y Charlotte es, cuanto menos, sospechosa. En un principio pensaba que podía ser realmente la viuda de Goodwin, pero esa idea la deseché cuando: a) le transmite órdenes de Ben, cuando este está prisionero y difícilmente ha podido hablar con él, y b) desaparece con la misma velocidad con la que aparece, dejando a todos con la boca abierta. Lo que me resulta inquietante, es que le dice que tiene que detener a los nuevos a toda costa. Sabiendo que el científico loco y la antropóloga del bello acento iban a, en teoría, salvar a la gente de la isla cerrando el gas, ¿significa esto que Jacob es más malo que un dolor, y quiere que todos mueran? ¿O me he equivocado en lo que he dicho más arriba de que estos dos querían salvar a los de la isla? ¿O lo que quiere es que Juliet mate a los nuevos intrusos porque no son ni “losties” ni “others”? ¿O simplemente me he hecho un cacao mental y necesito una constante para saber donde estoy?

Y no podía irme sin comentar la genial escena en la que Sawyer y Hurley, que ya son compañeros inseparables, tienen que hacer un alto en su juego de la herradura porque ven pasar a Ben más contento que unas pascuas con sus sábanas nuevas, mientras los saluda y les dice que “nos vemos en la cena, chicos”. No he podido evitar soltar una risilla en ese momento. Hay que ver que listo es Ben y que poco aprende el resto. Con un par de minutillos de conversación mientras estaba preso, ha convencido a Locke para que le suelte y le deja campar a sus anchas por Villa-Otros. Aunque por otro lado, también es de suponer que le ha confesado el nombre del espía que tiene infiltrado en el barco. Quien sabe si esta noticia es tan chocante que ha conseguido que el Coronel Locke confíe totalmente en él. ¿Será Michael? Yo creo que a estas alturas, la gran sorpresa sería que fuera otra persona. Y otra cosa: se sigue confirmando, capítulo tras capítulo, la teoría de que Charles Widmore está detrás de todo el tinglado, y parece que su objetivo es sacarle un provecho comercial a la isla. Aquí ya confirmamos que el barco lo envía él, mediante un video que Ben le enseña a Locke.

Y ya para finalizar, permitidme que os haga una recomendación. Ya se que la inmensa mayoría de vosotros ya lo ha leído, pero por si no fuera el caso, no dejéis de leer este artículo de Hernan Asciari, publicado en su blog, Espoiler, en el que compara Lost con una relación sentimental. Seguramente os pasará como a mí y estaréis asintiendo y sonriendo durante toda la lectura. Magnífico.




PD: Ya se que no viene a cuento en una entrada sobre Lost, pero para los que aun estábamos en ascuas, esta noticia es lo suficientemente importante como para sacarnos de nuestro trance isleño: Parece que la presión de los fans ha dado resultado y las luces de los viernes noche van a seguir encendidas, ya que Friday Night Lights tiene casi asegurada su renovación para una 3ª temporada, gracias a la fórmula de la que os hablé, mediante la cual la NBC compartiría gastos con la cadena DirecTV y la serie se emitiría en ambas. La noticia, buenísima para muchos de nosotros, la podéis leer aquí.

viernes, marzo 07, 2008

DIAGNOSTICO DIFERENCIAL DE HOUSE

House ha vuelto, y parece que por fin lo ha hecho con la calidad que se le presupone. Muchos no entenderán esta primera frase, pero tranquilos, tiene una explicación. Cuando descubrí House por primera vez (hará un par de años), me quedé maravillado por el grandísimo nivel que mantenía capítulo tras capítulo. Desde el primer momento supe que estaba ante una serie de las que marcan época, de las que generan un antes y un después en este pequeño pero gran mundillo nuestro que es el de la televisión. Tanto es así, que en pocas semanas había devorado las 2 primeras temporadas. Los 40 minutos de cada episodio pasaban volando entre ocurrencias del amado/odiado doctor y casos médicos realmente interesantes, por la inusual forma de enfocarlos con los ya célebres “diagnósticos diferenciales”. Estábamos, sin lugar a dudas, ante un programa que adquiriría la etiqueta “de culto” en pocos años, ya que contaba con millones de seguidores en todo el mundo. País en el que se estrenaba, país que quedaba rendido a sus pies.

Pero de repente, algo cambió. Terminó la alucinante 2ª temporada, y tras un verano interminable de espera, llegó la 3ª…y con ella la decepción. La decepción creciente ante más de lo mismo. Seguía siendo igual de brillante, pero los comentarios del dr. House ya no eran divertidos, chisposos, ni geniales, eran… lo de siempre, lo que ya llevábamos viendo 2 años, solo que los casos eran cada vez más insólitos y los diagnósticos solo alcanzables por un premio Nóbel en potencia. Se podría decir que la primera temporada fue la del descubrimiento, el shock inicial, la que dejó a todo el mundo maravillado ante tanta frescura. La segunda fue la confirmación de que, al contrario que otras series, no habíamos estado ante un primer año con suerte, sino que los creadores eran buenos, sabían lo que hacían, y estaban dispuestos a seguir demostrándolo. Sin embargo, cuando llegó el momento del cambio, House no se adaptó. Siguió abusando una y otra vez del mismo recurso: caso en apariencia imposible de resolver, House da la solución el primer minuto, se equivoca, su equipo investiga, él tiene un pálpito como resultado de una conversación casual con alguien (Wilson dice “estoy hasta las narices de ti”, y House da con la tecla: “Claro, las narices. ¡Tiene un cáncer en la nariz!”) y el paciente se salva. A veces, para cambiar la dinámica, el paciente moría, pero a esas alturas todos nos habíamos dado cuenta ya de que la serie necesitaba reinventarse para seguir triunfando. Ahora, tras haber visto los 8 primeros capítulos de la 4ª temporada, puedo decir tranquilamente que lo ha conseguido. Y a partir de aquí SPOILERS del final de la 3ª y algunos muy leves de la 4ª.

En la season finale del pasado mayo, la “cuadrilla del cojo” se desmiembra y cada uno se va por su lado. Con este giro de guión ya podíamos adivinar que algo estaba a punto de cambiar, y efectivamente así ha sido. Aunque los personajes eran buenos (para mí, Foreman soberbio), la gente empezaba a cansarse de verlos en pantalla, sobre todo cuando cada vez había más distancia en cuanto a interés entre ellos y su jefe. Así que la solución estaba clara: buscar un nuevo equipo. Y que mejor forma de hacerlo que con un “Reality/entrevista”, según palabras de la propia Cuddie.

A House le obligan a escoger de una vez a un nuevo equipo, y como no podía ser de otra forma, lo hace a su manera. Para empezar, llena un aula de aspirantes, a lo que va eliminando progresivamente con criterios que distan mucho de ser estrictamente médicos: al último que deje de lavar su coche, por ejemplo. Pero entre todos ellos, me quedo con el concurso que consiste en ver quien consigue quitarle las bragas a Cuddie, consiguiendo así la inmunidad y la nominación de dos de sus compañeros. Y no menos original es la forma de despedirlos, al más puro estilo Supermoledo 2007, rosa en mano.

E hilando una cosa con la otra, llegamos finalmente al nuevo equipo. Las nuevas caras. La gran mayoría son un acierto, porque tener una doctora a la que llamas Zorra implacable (Anne Dudek) no puede menos que ofrecerte 2 ó 3 escenas descacharrantes por capítulo. Mención especial para el momento llamada y el “Zorra implacable llamando” en la pantalla del móvil de House. También tenemos a 13 (Olivia Wilde), que si bien de momento no ha aportado gran cosa salvo su indudable belleza, parece que se abre una puerta dedicada a la enfermedad que podría haber heredado de su madre, enferma de Huntington. Además, me hace mucha gracia que la siga llamando por el número que le asignó cuando eran mil en la clase. También está Taub (Peter Jacobson), un cirujano plástico que necesita dar un giro a su vida por razones que House no dudará en investigar, o mejor dicho, cotillear. Kutner (Kal Penn), al que ya conocemos como el terrorista encubierto de la 5ª temporada de 24 (Enero de 2009 no llega nunca…), es otro de los aspirantes, al igual que Cole (Edi Gathegi), quien nos priva de un juego de palabras con su mote debido a una mala traducción. House le llama “Gran Amor”, refiriéndose a la serie “Big Love”, que no ha llegado a estrenarse en España, y que trata de un polígamo y su relación con las tres esposas. Uno de mis favoritos es Dobson (Carmen Argenziano), cuya avanzada edad despierta la curiosidad de House, hasta que finalmente acaba descubriendo que ni siquiera tiene la carrera de medicina. Aunque estos son los principales, la lista se alarga con otros aspirantes que irán cayendo uno por uno hasta alzarse con los dos puestos disponibles. Si, dos, porque el tercero será reocupado por Foreman, el hijo pródigo, que verá cómo todos los hospitales le rechazan por haberse convertido en el propio House a la hora de saltarse las normas.

Y en este punto llega una de mis pequeñas desavenencias con esta temporada. No termina de gustarme la forma en que han recolocado a su antiguo colega en el equipo, ni tampoco que Cameron, y mucho menos Chase, estén rondando de nuevo por el Princeton Plainsboro, aunque en servicios diferentes del hospital. Sin embargo, esto no empaña el buen sabor de boca que me está dejando esta nueva temporada. Los casos son de nuevo interesantes y estimulantes, y hemos podido disfrutar ya de capítulos realmente buenos, cómo el 4x07, “Feo”, en el que un adolescente con un supertumor en la frente va a ponerse en las manos del dr. House, seguido en todo momento por una cámara de televisión que quiere filmar el proceso, y convertirlo en un reality. Y sin duda, el capítulo que muchos sabíamos que llegaría (del que no desvelo el título para no chafar la sorpresa), en el que, finalmente, el lupus es la respuesta.

Para ir terminando, simplemente diré que me gusta bastante el camino que parece estar tomando la serie. A pesar de seguir con los capítulos auto-conclusivos (en House están más que justificados) la serie está rayando a un nivel altísimo, y parece que el bueno de House está volviendo por sus fueros. Larga vida al enfant terrible de la televisión.

lunes, marzo 03, 2008

LOST ES MI CONSTANTE

Voy a sonar repetitivo, lo sé, pero vaya capitulazo que se han marcado esta semana, a costa del bueno de Desmond. Que el escocés era uno de los personajes favoritos de casi todo el mundo, es evidente, pero lo que no sabíamos es que nos iban a ofrecer un capítulo basado en él, tan lleno de respuestas, explicaciones, tramas interesantísimas, montaje de 10 y, sobre todo, una de las escenas más emotivas de toda la temporada y, por qué no decirlo, de toda la serie. Aviso para navegantes:


SPOILERS 4X05

A pesar de que me encantan, me parece genial que se haya hecho un descanso en el tema de los Flash-forwards. Los guionistas han sabido darle a la serie toda la emoción a la que nos tienen acostumbrados sin echar mano del comodín del FF, con el que siempre se aseguran el éxito. Esta vez ha tocado episodio de Desmond, y ya solo por eso se presume interesante, aunque en cierto modo siempre tenemos que esperar una trama más independiente que la de cualquier otro protagonista. Desmond no llegó en el avión y eso se nota en sus historias. ¿Quién esperaría a estas alturas que nos hablaran de su paso por el ejército escocés? Como buen capítulo de Lost, este “The Constant” nos ha vuelto a sorprender con un flashback atípico (tan atípico como que no es flashback, es un viaje en el tiempo), que nos ha dejado a todos con la boca abierta. Aunque eso sí, aún queda el interrogante de por qué fue expulsado tras pasar un tiempo en la cárcel.

Este quinto episodio, además de ser uno de los mejores de toda la serie, me ha parecido muy, muy interesante, sobre todo porque creo que nos ha ofrecido bastantes respuestas. Para empezar, lo primero que pensé en cuanto Faraday explica como va el tema de los “efectos secundarios”, fue la historia que Rousseau contó a Sayid en la primera temporada, sobre cómo su barco había llegado a la isla 16 años antes, y todos habían enfermado sin razón aparente. Parece obvio que esa enfermedad de la que habla la francesa es la misma que ahora ha afectado a Minkowski, al tal Brandon y a Desmond. No creo estar muy desencaminado al pensar que el británico ya ha estado sufriendo estos “side effects” desde que tuvo el incidente con la explosión de la escotilla, solo que ahora, al intentar salir de la isla, estos efectos se han visto incrementados. De hecho, en sus anteriores “viajes”, siempre era consciente de que la realidad era la isla, y el resto era pasado. Su mente siempre sabía donde se encontraba, excepto en la desconcertante escena de la mujer del pelo blanco y el encuentro con Charlie en medio de Londres. El desequilibrio que demuestra ahora, es lo que da pie a Faraday (que gran personaje) a pensar que su cerebro se está cortocircuitando, y curándose en salud, él mismo va preparando el terreno y fijando su “ancla”, su constante, que le permitirá no perder la cabeza si comienza a sufrir él también los efectos secundarios. Tal y cómo vemos anotado en su diario, esa constante es el propio Desmond. Pero aun no tengo claro si esa anotación es por si sufre los efectos, o si ya los está sufriendo, y se está agarrando a su constante. No se. En cualquier caso, ahora empiezo a comprender por qué en el 4x02, el pobre Faraday se muestra así de nervioso y afectado cuando descubren los restos del vuelo 815. Sabe que eso significa que van a ir a la isla, y vería confirmada definitivamente la versión del Desmond que contactó con él en 1996, y que, posiblemente, aún no se había creído al 100%. Ya se que todo esto es un lío, ¡pero bendito lío!

Si nos ceñimos a la parte del carguero (más que nada porque en la isla no pasa nada, a excepción de las explicaciones de Faraday), lo más intrigante sigue siendo quien es el infiltrado de Ben, que entiendo es el mismo que les abre la puerta a Sayid y a Desmond cuando se quedan encerrados mientras desatan a Minkowski. Yo, como la gran mayoría de vosotros, estoy convencido de que es Michael. Mi teoría es la siguiente: Michael y Walt consiguieron salir de la isla, tal y como Ben les prometió, pero cómo todo buen malo de película que se precie, se guardó un as en la manga: la manipulación en el exterior. De hecho, no me creo yo eso de que le valga con una simple promesa de que “no va a contar nada de la isla, una vez llegue a tierra firme”. Seguramente envió a Richard o a Tom a buscarle a Nueva York, raptaron a Walt (otra vez) y lo infiltraron en la expedición que iba a buscar la isla, bajo la amenaza de que matarían a su hijo si no lo hacía. O puede que no hubiera secuestro. Puede que, tal y como le dijo en el embarcadero, Ben y los suyos sean los buenos, y le den la oportunidad a Michael de ayudar a esos compañeros que dejó más tirados que una colilla en aquella season finale. Yo dejo ahí mi teoría. Cuando sepamos la verdad volveré a ella y ya veremos si acerté.

Y para terminar, capítulo con los famosos números de la suerte, como hacía tiempo que no aparecían, y con muchas conexiones de esas que tanto nos gustan. Para empezar, en uno de los viajes vemos a Charles Widmore comprando el diario de navegación del ya famoso Black Rock, tumba del padre de Locke en aquel espectacular 3x19, The Brig. Aquí tengo otra teoría que seguro que muchos compartís: el padre de Penny, conocedor de los esfuerzos de su hija por encontrar a Desmond, se entera de que ha descubierto “algo” referente a una isla (es decir, la escena de la Antártida del final del “Live together, die alone”) y se adelanta, enviando una expedición de búsqueda con dos objetivos: uno, localizar a Desmond y quitárselo de encima de una vez (de ahí que los tripulantes rechacen las contínuas llamadas de Penélope). Para ello, les ha dado a todos una foto para poder identificarlo. Y segundo objetivo, y puede que más importante, todos conocemos la relación entre Alvar Hanso, la Iniciativa Dharma y las Industrias Widmore. Dicho esto, él sería el que contrató a Abbadon para que a su vez contratara a Naomi y al resto, y fuera a recuperar lo que antaño fue suyo: la isla.

En cuanto a los números, aparecen en la puerta de Penny (423), en los años que Desmond viaja al pasado, o al futuro, según lo miremos (8), en el número de subasta del libro del Black Rock (2342), la frecuencia para el invento de Faraday (2.342), etc. Además, he visto alguna imagen que comparaba el campus de Oxford donde trabajaba Dan en 1996, y la foto que hay en el escritorio del prior del monasterio donde se recluye Desmond en el 3x17, Catch-22, y son el mismo escenario. La foto a la que me refiero es en la que sale el prior y la mujer del pelo blanco con la que se encuentra Desmond en el 3x08, Flashes before your eyes, cuando viaja al pasado.

No querría despedirme sin antes revivir la escena de la que os hablaba al principio. Efectivamente, esa escena en la que a todos nos queda claro que la relación Sawyer-Kate-Jack se queda en pañales ante la verdadera historia de amor de Lost, que no es otra que la de Desmond y Penny. No me avergüenza decir que casi suelto una lagrimilla durante su conversación por teléfono en el carguero.





Así que chic@s, ya sabéis: si alguna vez algo va mal, Lost es mi constante.

sábado, marzo 01, 2008

ABANDONO MAD MEN, ESA SUPUESTA OBRA MAESTRA

Se que para muchos esto será un sacrilegio, pero es lo que hay. Tras solo 4 capítulos, he decidido dejar de ver Mad Men. Poco tengo que decir sobre esta serie que comencé con una tremenda ilusión, y que ayer mismo abandoné por haberme encontrado ante unos episodios insulsos y aburridos, que viven exclusivamente de la sobria recreación de aquellos míticos años 60.


Mi principal razón para este abandono es que, como digo, después de 4 episodios, aún no se de qué va la serie. Si, vale: el protagonista es Don Draper (Jon Hamm) que trabaja en una agencia de publicidad en la Madison Avenue (de ahí lo de Mad Men), la calle donde están las agencias más importantes del mundo. Este hombre, machista y parco en palabras, es el encargado de la división de publicidad, y el que posee las cuentas más suculentas del mercado (Gillette, Lucky Strike, etc.). Tiene mujer y dos hijos, pero frecuentemente visita a otra que le cura las penas. Además de Don Draper, también está Peggy (Elisabeth Moss), su nueva secretaria, una chica de pueblo que peca de pardilla pero que no parece dejarse llevar por el machismo de la época…Y ya está. Eso es todo. Luego hay una enfermedad de la mujer de Draper, otro lío con una de sus clientas,… y poco más.

Realmente me encuentro perdido con esta serie. Es evidente que su ambientación y su excelente recreación de los años 60 son un punto a favor, pero casi podría decir que son los únicos. Es más, para ver Mad Men, casi prefiero ver Cuéntame, que básicamente es lo mismo, solo que la primera está basada en el mundo de la publicidad, y la segunda en la vida de una familia durante el periodo franquista y la transición. ¿Interpretaciones? Imanol Arias es tan bueno como Hamm, al que en mi opinión, han encumbrado injustamente. Hace una semana, cuando hablé de Dexter, comenté que no sabía muy bien por qué le habían quitado el globo de oro a Michael C. Hall para dárselo al publicista, pero es que ahora, vista Mad Men, todavía lo entiendo menos.

Como no quiero escribir solo cosas negativas, comentaré un par de puntos que si que me gustaron. Para empezar, la ingente cantidad de cigarrillos que fuman durante toda la serie. Esta gente tuvo que terminar con un cáncer de pulmón de narices cuando acabó el rodaje. Mención especial para la escena de la secretaria en la consulta del ginecólogo, y este entrando fumando como un descosido mientras la “examina”. Y por otra parte, es una clara reprimenda a la sociedad de aquella época, que trataba a las mujeres como objetos de decoración, y cuyas habilidades estaban únicamente encaminadas a servir a los hombres. Es decir, en Mad Men solo vemos secretarias y amas de casa. Y para dos mujeres que vemos fuera de esos ámbitos en toda la serie, una es prostituta y a la otra la tildan de solterona por llevar adelante el imperio que le legó su padre y no haberse casado.

Notaréis esta entrada bastante más corta que el resto de las que suelo escribir, pero es que realmente tengo muy poco que decir sobre Mad Men. Así que para no rellenar espacio porque sí, terminaré diciendo que la razón principal para que dejara de verla no es que no tuviera un argumento definido, ni que no me gustaran las actuaciones, ni nada de eso. El motivo ha sido que ME ABURRÍA. Me aburría tremendamente viendo la serie. Los capítulos (de casi 50 minutos) se me hacían eternos, y que queréis que os diga, pudiendo disfrutar de series que aún tengo en el tintero, como Chuck, Dexter, FNL, o volver a ver una y otra vez Lost, prefiero dejar de lado Mad Men, antes de que me de un ataque de somnolencia mientras veo un capítulo y me golpee la cabeza con algo al caer.