30 ROCK: EN EL BACKSTAGE DE UN LATE NIGHT SHOW

Que sorpresa más agradable me he llevado esta noche. Cuando ya creía que todas las buenas comedias se reducían a Friends y Cómo conocí a vuestra madre, de repente me encuentro con una delicia que me ha hecho reírme a carcajadas durante más de una hora. Si, lo se. 30 Rock es una serie que muchos habíais descubierto ya. De hecho, no es ninguna novedad, pues aquí en España podemos verla en la FOX desde hace ya bastante tiempo, pero nunca me había parado a verla, y gracias a dios, lo he hecho esta noche.

Liz Lemon (Tina Fey) es la jefa de guionistas de un show del late night de la NBC al más puro estilo Saturday Night Live, que ve como su estresante trabajo la estresa aún más cuando llega a la cadena el nuevo gerente, Jack Donaghy (Alec Baldwin), empecinado en que las cosas se hagan a su manera. Nada más llegar, su primera decisión en convertir en estrella del programa a Tracy Jordan (Tracy Morgan), un humorista algo desequilibrado que vuelve todo patas arriba. Además de esto, Liz tiene a su cargo una irreverente tropa de guionistas (¿se habrán puesto también en huelga?) a cada cual más friki. Bajo esta sencilla premisa se desarrolla la acción de 30 Rock.

Uno de los motivos que me impulsó a probar esta comedia fue la participación de Baldwin, un actor que sabe utilizar como nadie su seriedad para provocar auténticas carcajadas. Ya lo descubrimos en Friends, donde dio vida al inolvidable Parker (¡dios, que rellano tan bien iluminado!), convirtiéndose en uno de los mejores cameos de la mítica serie. Aquí sigue en la misma línea. Sobrio, elegante, y disparatado. Esto último lo consigue, no con gestos exagerados ni comportamientos excéntricos, sino con la superioridad con la que trata al resto de sus congéneres. ¿Soy el único que se partió de risa cuando intenta convencer a Liz para que vaya a una cita a ciegas?

- A juzgar por tu nivel de estrés se nota que hace tiempo que nadie te toca. Ni caricias, ni masajes, ni un mal roce en el metro.

Además, tras ver solo 3 capítulos (prometo ponerme al día pronto), ya podría decirse que he elegido una de mis escenas favoritas. Me parto con la rivalidad que surge entre Jack y Kenneth (Jack McBrayer), el botones, tras la partida de póker del 1x03, cuando el primero alardea de tener el don de ver el interior de todos, hasta que se les une el segundo, con su cara de tonto, y pone contra las cuerdas a Jack, gracias al infranqueable muro que le impide leer su mente. De hecho, la frase de la semana del blog (que podéis leer en la parte de arriba) va dedicada a esa escena, cuando por fin consigue ganarle.

Liz: Kenneth, ¿por qué has apostado con cartas tan malas?
Kenneth: ¿Por qué? Porque creo que la vida es para los vivos, y creo en arriesgar y en ir a por todas… y como me gritaban… me he confundido con las reglas.

Teníais que haberme visto tirado en el suelo de risa. Hace ya tiempo dije que una comedia debía tener 20 minutos de duración. Ni más ni menos. Los 40 minutos están reservados para series “serias”, por decirlo de algún modo, series que nos dan mucha información, que nos hacen pensar, que nos proporcionan giros de guión que te dejan enganchado hasta la siguiente semana. Las de 20 minutos son para disfrutar de su fugacidad, para que se consuman tan rápido que ya estés deseando poner el siguiente. Tal y cómo me pasó con Cómo conocí a vuestra madre, 30 Rock es una comedia que desconocía pero que a partir de ahora comenzaré a aconsejar a todo el mundo. Lo intenté con Samantha Who durante un tiempo, pero mucho me temo que no funcionó. Ahora solo espero que mi novia se una a mi causa para que podamos disfrutarla a la hora de la comida, ya que andamos algo escasos de material de este tipo desde que terminamos con Scrubs.

Una última reflexión: ¿Qué manía tienen las cadenas españolas con cambiarle los nombres a las series americanas? ¿Por qué Rockefeller Plaza en lugar del 30 Rock original? ¿Tan estúpidos piensan que somos los españoles que no sabremos traducir 30 Rock?