Ya se que esto que os voy a contar no pega con la tónica general de este blog, gracias a dios, pero tenía que desahogarme de alguna manera. La semana pasada me fui a cenar con unos amigos, y como es imposible aparcar en el centro de Murcia, no tuve más remedio que dejarlo en un parking, que le vamos a hacer. Mi sorpresa (bueno, no tanta) llegó a la hora de pagar en el dichoso subterráneo de las narices. Os dejo el cuerpo del delito:
Si, si, fijaros bien: 6,22 euros por algo más de 3 horas y media de aparcamiento. Ya se que algunos me diréis “Macho, es que esto es caro. Es lo que hay”. ¡Pues no! No debería ser así. A principios del año pasado se modificó la ley con el objetivo de acabar con el redondeo y que nos tarificaran por minutos, evitando así tener que pagar 2 euros por 1 horas y 1 minuto. Pero es que resulta que los SINVERGÜENZAS, porque no tienen otro nombre, de los empresarios que llevan estos negocios han multiplicado por mil la tarifa por minuto, en lugar de mantener la misma que estaba antes, solo que dividiéndola entre el número de minutos usados, que en realidad era lo que estipulaba la nueva ley.
Me parece una falta de respeto hacia todos los consumidores, y ya no solo por el precio, sino porque cuando entramos por la puerta de un parking, no nos encontramos con un lugar impecable, bien ventilado, con sitios de sobra, con gente amable que te ayuda, no. Nos topamos de repente con un sitio que se cae a pedazos, donde la última obra de reforma la hicieron el día que lo inauguraron y con trabajadores que se cabrean si les dices que no hay un puto sitio libre. Porque sí, amigos, cualquiera podría pensar que ya que pagas, tienes un buen sitio disponible para ti nada más bajar la rampa. Pues tampoco. Tienes que dar mil vueltas al local para encontrar un mini-espacio con las medidas justas, en el que tienes que cerrar los espejos y hacer mil maniobras para poder encajar el coche y prácticamente tener que salir por la ventanilla.
He esperado unos días a escribir esto para hacerlo en frío, porque si me llego a poner delante del ordenador el día que me pasó… ¡Me cierran el blog por blasfemo! Bueno, y una vez soltado todo, no os preocupéis que mañana o pasado volveré a actualizar con lo que de verdad nos interesa: nuestras series, aunque ya casi no nos queden por culpa de esta huelga que… uffff. No, no quiero volver a empezar. Mejor hago caso al bueno de Carl Winslow y sigo su inolvidable método de relajación:
“Un, dos, tres…cuatro, cinco, seis. Yo me calmaré… todos lo veréis”
Si, si, fijaros bien: 6,22 euros por algo más de 3 horas y media de aparcamiento. Ya se que algunos me diréis “Macho, es que esto es caro. Es lo que hay”. ¡Pues no! No debería ser así. A principios del año pasado se modificó la ley con el objetivo de acabar con el redondeo y que nos tarificaran por minutos, evitando así tener que pagar 2 euros por 1 horas y 1 minuto. Pero es que resulta que los SINVERGÜENZAS, porque no tienen otro nombre, de los empresarios que llevan estos negocios han multiplicado por mil la tarifa por minuto, en lugar de mantener la misma que estaba antes, solo que dividiéndola entre el número de minutos usados, que en realidad era lo que estipulaba la nueva ley.
Me parece una falta de respeto hacia todos los consumidores, y ya no solo por el precio, sino porque cuando entramos por la puerta de un parking, no nos encontramos con un lugar impecable, bien ventilado, con sitios de sobra, con gente amable que te ayuda, no. Nos topamos de repente con un sitio que se cae a pedazos, donde la última obra de reforma la hicieron el día que lo inauguraron y con trabajadores que se cabrean si les dices que no hay un puto sitio libre. Porque sí, amigos, cualquiera podría pensar que ya que pagas, tienes un buen sitio disponible para ti nada más bajar la rampa. Pues tampoco. Tienes que dar mil vueltas al local para encontrar un mini-espacio con las medidas justas, en el que tienes que cerrar los espejos y hacer mil maniobras para poder encajar el coche y prácticamente tener que salir por la ventanilla.
He esperado unos días a escribir esto para hacerlo en frío, porque si me llego a poner delante del ordenador el día que me pasó… ¡Me cierran el blog por blasfemo! Bueno, y una vez soltado todo, no os preocupéis que mañana o pasado volveré a actualizar con lo que de verdad nos interesa: nuestras series, aunque ya casi no nos queden por culpa de esta huelga que… uffff. No, no quiero volver a empezar. Mejor hago caso al bueno de Carl Winslow y sigo su inolvidable método de relajación:
“Un, dos, tres…cuatro, cinco, seis. Yo me calmaré… todos lo veréis”
3 comentarios:
eso en Murcia, aquí en Barcelona me clavaron hace 1 semana 12 euros por el mismo tiempo más o menos, 3 o 4 horas, y encima no sabían donde estaban las llaves de mi coche (estaban puestas) pero el de la cabina sele vió acojonado buscandolas, y claro, yo más...
La verdad es que hay negocios que se aprovechan mucho.
Yo también digo la frase de Carl Winslow cuando me cabreo.. jeje, 1,2,3 yo me calmaré todos lo vereis...
Me sumo a la causa, aunque no tengo coche, sino moto y de momento no tenemos problemas de párking. Pero mi padre como Sunne tb ha tenido que soltar la morterada en algún parking del centro de Barcelona. ¡Es indignante!
Lo que sí digo pero en otras circunstancias es lo de: 1, 2, 3 yo me calmaré, 4, 5, 6, todos lo veréis.
Otro que se suma a la causa. Yo solo uso el coche para ir a la facultad y para mover de de Cáceres (donde estudio) a Bádajoz (donde vivo) y para de contar. Para ir al centro o bien voy dando un paseo o en autobús, pero jamás en coche. No me mola eso de tener que pagar 5 € por aparcar el coche, la verdad.
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